Necesito hacer un alto en mi
camino, otra vez. Mi cabeza da vueltas como una lavadora centrifugando. Hace
calor. Miro a mi alrededor y sólo veo prado…, ahora sólo es prado. No huelo las
amapolas ni veo las nubes de algodón ni siento el trigo verde balanceándose con
la brisa. No oigo gente que se aproxima. Estoy completamente sola. Por una
parte bien, así nada ni nadie interrumpe mi mente. Debo recordar qué hago aquí,
y preguntarme si lo estoy haciendo bien. Llevo varias noches en vela, donde el
sueño no me alcanza, ni los que se inventan con los ojos abiertos. Mi cajita de
ilusiones se ha vaciado y no sé con qué rellenarlo. Y pensar que hará unas
semanas no podía ni cerrarla… Siento como si hubiera llegado a este día sin
vivir varias semanas. Siento ganas de llorar y aunque no sé bien el por qué,
sólo sé lo que las puede calmar, pero no tengo el valor suficiente para hacerle
frente. Tengo miedo… Miedo a caer otra vez y no poder levantarme. Siempre lo
tendré en mi mente, aunque yo misma me diga que no volverá a pasar. Flaquean
las fuerzas… Hay personas que me hacen bien, pero…, no las noto cerca. Tal vez
pida demasiado, tal vez soy egoísta por pensar que no piensan en mi. Tormentas
del pasado que llegan con fuerza, amenazan con descargar fuerte… Mi velero es
resistente y navegaré por esas aguas pues sé, que después de la lluvia sale el
sol y que, estén o no esas personas de hoy vendrán otras y otras, y otras… La
vida es eso que pasa mientras lamentamos en el presente el daño que nos hacen.
Ponerle remedio no es fácil, pero se consigue…, os lo digo yo…
En el silencio de la noche puedo encontrarte. Haces que mi frío se vuelva templanza y que mis miedos se conviertan en simples fantasmas que como humo de cigarro se dispersa con solo tocarlo. Aclaras mis dudas e interrumpes todo tormento. Pensar que existes, que puedes llegar algún día a convertirte en carne y hueso me hace creer, pensar que todo esto que ahora me está pasando sea por ti. Hace tiempo creí morir. Creí que no había más salida que cerrar los ojos y dejarme caer a un pozo sin retorno. Sentí tu presencia, pude oler tu perfume y hasta notar el tacto de tu piel. Comprendí que aún me quedaba mucho por vivir. Mi cuerpo se compone en gran parte de sentimientos y eso es lo que una vez me hizo casi padecer pero al mismo tiempo me ha ayudado a renacer, volver a juntar esas cenizas que quedaron dispersas en el suelo y que con una simple brisa, la tuya, puede convertir en lo que ahora soy, un pequeño huracán que allá por donde pasa intenta dejar huella, la mejor posible, repart
A la único que hay que tener miedo es a tener miedo... Disfruta de lo que te rodea, sobre todo de lo bello... no temas. Lo único que te pide la vida, que te exige ésta es que seas feliz por que estoy seguro que te lo mereces. Y del mundo recibirás lo que des (mucho).
ResponderEliminarNo estas perdida, estas encontrandote.
Descansa y no dejes de soñar.
Un beso
Fer