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Mostrando entradas de octubre, 2012

Música...

Admiro a las personas que saben cantar... Las que te hacen poner la piel de gallina. Yo quería tener ese poder desde pequeña. Lo intentaba todas las noches. Me aprendí todo el disco de María Carey (music Box) y aún las escucho y algún que otro gorgorito se me escapa. Las solía recitar en navidad, delante de mis padres. Mi madre decía que lo hacía muy bien y mi padre me aplaudía... Qué tiempos... Sé que lo hago de pena, pero en fin..., es lo que hay... Me gusta de vez en cuando despejarme con mi ipod y cantar a susurro canciones con sentimiento... La quinta estación, Malú, Luis Fonsi... Es otra especie de desahogo, como el escribir, que también lo hago de pena, pero me relaja. Desde que era una enana tenía ganas de saber cantar, no para ser famosa, soy bastante tímida, sino, para alegrar a las personas, para transmitirles lo que yo siento cuando escucho una canción hermosa. Ahora me acuerdo y pienso (tonta ilusa) Con 6 años pensaba que si cantaba bien fuerte mi tía que vivía abajo me

Un alto en mi camino

Sentada en un banco del parque me encuentro. He detenido mi camino para dejar de pensar, de sentir por un momento que todo gira a mi alrededor a una velocidad la cual no puedo seguirle el ritmo. Deja que repose un instante para ver con detenimiento lo que sucede a mi alrededor. Cuando lo tienes todo lo que cualquier persona pudiera desear ¿por qué tiene que invadirte la sensación de vació?, ¿de soledad? Hago una pausa en mi camino para reprenderme a mí misma lo que estoy sintiendo. Egoista me llamo a menudo, y no me culpo por ello. Ideé una vida la cual ha salido tal y como pensé. Cuidado con lo que deseas, se puede hacer realidad. Una pena me ahoga y me siento estúpida. Siento que necesito dar más de mí misma, más cariño, mucho más de lo que ahora estoy dando, pero no puedo, no lo siento, no le amo. Cuando le conocí todo fue maravilloso. No sé en qué punto he dejado de querer continuar con esta vida de cuento de hadas. No quiero echarle toda la culpa a él, pero me dejó perder. Siem

Libertad ...

Erase una vez.... Los cuentos de hadas no existen... Y eso lo sabe hasta un crío de 6 años. Pero no por ello debemos sentirnos culpables por dejarnos llevar por las fantasías de historias o películas animadas que solemos ver. Más de una vez me he reñido a mí misma por sentir ciertas cosas en mi interior, ilusiones, sensaciones que sin querer brotan desde lo más profundo de mi ser. Esta película fue la típica que vas a ver al cine con tu hija. Princesas y Príncipes es lo que ella ahora tiene en mente. A su edad empieza a vislumbrarse trazos de madurez mezclados con infancia para dejar entrar a la adolescencia, la etapa más crucial de nuestra vida, a mi entender. Por ello no quiero robarle los sueños que ahora mismo pueda llevar en su mente, no quiero ser la bruja malvada que le rompa el corazón. Como un fin de semana más me puse a ver la película rodeada de pequeñas mujercitas con esa vocecita de mujeres "sabelotodo" Sólo puedo decir..., que me encantó... Las canciones, la